¿Equipos directivos profesionales?
Decía en mi anterior post que quería reflexionar en voz alta sobre lo que debería tener un centro educativo para ser realmente educativo. Pues bien, una pieza clave y esencial en un centro es el equipo directivo. Recuerdo que en mis primeros años como profesora no pensaba así. ¡Qué ingenua! Así me ha ido y así me va.
Los equipos directivos imprimen personalidad al centro, talante, espíritu. Un equipo directivo autoritario genera profes autoritarios, alumn@s “pelotas” y familias desinteresadas. Un equipo directivo despreocupado favorece la desidia en el claustro, el pasotismo entre el alumnado y la desconfianza entre las familias. Equipos directivos mezcla de los dos rasgos anteriores son inenarrables, aunque sí vivibles (mejor dicho, padecibles, si yo os contara...). Un equipo directivo ilusionado y convencido de que la labor de educar es importante genera un claustro comprometido, alumn@s que se identifican con su centro y familias que quieren colaborar con el profesorado.
Siendo la labor directiva algo tan importante, ¿qué requisitos tienen que cumplirse para llevar a cabo tan importante y decisiva labor en un centro? Los equipos directivos "caza puntos", "figurantes" y pon tú el calificativo que creas oportuno, ¿se eliminarán gracias a la profesionalización de la función directiva?
La tecnocracia no ha sido nunca buena amiga de la democracia y mucho me temo que si queremos conseguir que en nuestros centros se formen personas con espíritu crítico y se potencie la educación integral, nada más lejos de dicho objetivo que convertir la función directiva en algo a lo que se accede por oposición, concurso de méritos o algún camino similar. Si en los días que corren algun@s equipos directivos elegid@s por votación, cuando abandonan el cargo ya dejan "hereder@s", ¿qué será cuando la función directiva sea un puesto vitalicio, una plaza de funcionari@? En este país ya hemos sufrido una transición "impuesta" y con hereder@s y no creo que sea recomendable hacer centros educativos alejados del espíritu asambleario, la participación y la democratización del poder. Parece que la democracia no ha calado aún en España, no obstante el consuelo es que se hace camino al andar.
Esperemos que la mente de l@s legislador@s se aleje de la idea de querer profesionalizar la función directiva, porque ya l@s hay que se creen que su centro es su "cortijo" y hacen y deshacen casi sin dar explicaciones (a lo más que llegan algun@s es a guardar las apariencias y poco más). Ojalá y los centros educativos vayan acercándose cada vez más a lo que es un auténtico centro educativo y no se alejen aún más. En próximos post trataré un tema relacionado con éste: la petición de autoridad pública para el equipo directivo que alugun@s hacen y su relación con el mobbing entre docentes.
Salud y a ser felices